Utópicos socialistas infundados se toman la molestia de tildarme de
"capitalista" por el simple hecho de no aborrecer el mercado de consumo
de Estados Unidos, pero son ellos y no yo, los verdaderos capitalistas.
Ellos son capitalistas humanos. Consumen relaciones como si de productos
perecederos se tratasen. Hacen plan recambio cada tres semanas. Nuevos
modelos según la estación. Consumen gente. Fagocitan
sentimientos. El sexo es la moneda de cambio. Bastardizan el amor de la
misma manera que Tinelli bastardiza a la mujer como objeto sexual en
tanga prestando servicios a onanistas sin futuro. Incapaces de amar.
No sé si me falta más 'hombre', si me falta posmodernismo, o siglo XXI.
Pero no lo acepto. No me gusta. Me da asco.
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