Una entrada de un blog amigo me sirvió de base para escribir este epitafio que, llegado el día, me gustaría dedicar a mi padre.
Él no me enseñó a jugar al fútbol.
No me llevó al estadio ni a pescar.
No me enseñó de autos o mecánica.
Ni siquiera me enseñó a manejar.
En cambio, me enseñó su ciudad, mi ciudad.
Dónde comer más rico, dónde están las buenas librerías.
Me enseñó a reconocer arquitectos en fachadas.
El puso frente a mi un piano y un libro de Salgari, y eso me bastó.
Me hizo ver que la Coca es superior a la Pepsi, y que trabajar es la única forma de salir adelante.
En resumen, me enseñó lo que tengo que hacer cuando me toque a mi ser padre.
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Y te enseñó tantas cosas más, de las que seguramente ni cuenta te das pero que en vos gritan "Dada" cada vez que las veo.
ResponderEliminarHe's the best dad EVER
a mi me hubiera gustado poder aprender algo con mi padre, cosas como saber como utilizar una llave inglesa (en lugar de aprenderlas por mi parte), pero creo que la mayor enseñanza que pude recibir de su parte es el perdón.
ResponderEliminarpd, el blog de Bett aveces es brillante en muchos sentidos :)
Mi padre cumple años en una hora :) [29/9]
ResponderEliminarHablando de cosas, eso qe dijiste qe no haciamos (el otro dia por telefono, maru estaba en casa) mal lo tuyo tampoco te veo hacerlo mjmj, just saying
Jaja, besos :)
-Soff