miércoles, 22 de agosto de 2012

Caprese con jamón



Tuve un romance intelectual... Un romance epistolar...
Un romance demente... Un romance de mentes...
Un romance que fue una indiscriminada compraventa de adjetivos... Un romance efímeramente profundo... Un romance de sonrisas intangibles a través de las palabras...
Un romance de niño, de adolescente, de adulto, de viejo...
Un romance cuyo producto es una carta que se quiso perder en el correo, y una promesa de una caprese con jamón...

Tuve un romance...

¿Tuve un romance?



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